Cada noche, a las 11:47, él está ahí. Inmóvil bajo la farola parpadeante, con su traje negro impecable y ese maletín gastado que nadie ha visto abrir jamás. No habla, no se mueve, pero todos saben que algo cambia cuando llega. Las luces parpadean, el aire se siente más denso, y de alguna manera, siempre pasa algo malo. En Ravensbrook, nadie se atreve a mirarlo demasiado tiempo... excepto Sophie Dawson. Y ahora, él también la está mirando a ella.All Rights Reserved