Elliot ha tenido todo lo que podría desear: una vida sin carencias, rodeado de comodidades y expectativas. Sin embargo, nada de eso ha sido suficiente para escapar de la sensación de estar atrapado entre lo que los demás esperan de él y lo que realmente siente. Su vida es una constante lucha por encajar, por ocultar sus inseguridades y ser perfecto para todos los que lo rodean. Pero en un mundo lleno de reglas invisibles, ¿quién puede decir qué es real y qué es solo una máscara?
Cuando conoce a Jack, un chico misterioso con una habilidad que ni él mismo entiende, las cosas empiezan a desmoronarse. Jack puede tomar los recuerdos y deseos de otros, pero a medida que lo hace, se pierde en ellos, olvidando qué es lo que realmente desea. Y, aunque no es humano, su lucha es tan humana como la de Elliot: encontrar su lugar en un mundo que no los entiende.
"¿Qué quieres de mí?" pregunta Elliot, desconcertado por lo que parece una conexión inexplicable.
"No lo sé," responde Jack, "pero por primera vez en mi vida, no siento que esté perdiendo."
Juntos se enfrentan a un mundo que no sigue reglas claras, a un destino que los une pero los desafía. Elliot debe decidir si seguir escondiéndose detrás de la fachada que ha construido o ser él mismo, mientras Jack lucha por recuperar lo que ha perdido de sí mismo. En un juego de emociones, secretos y deseos ajenos, ¿quién puede decir qué es real?
Una extraña obsesión.
No supo cuando ni como empezó, era extraño que cada vez que lo veía sus instintos se ponía a flor de piel.
Su nombre era Daenerys Targeryen, y su vida había estado marcada por una obsesión silenciosa pero profunda: Jacaerys Velaryon.
Pero, como las olas que golpeaban la orilla, su obsesión se estrellaba contra la dura realidad de que Jacaerys parecía tan distante e inaccesible como el horizonte mismo.