La historia de G

-Amor, vas a estar bien, ¿okey? -le dije con voz temblorosa, mientras el pánico se acumulaba en mi pecho.

-Israel lo hizo, no lo entiendo... -susurró, y vi cómo lágrimas caían de sus preciosos ojos marrones.

La abracé, tratando de hacerla sentir segura, protegida, prometiéndole que nadie le haría daño. Aquel abrazo se convirtió en un refugio en medio de la tormenta, un instante donde el mundo exterior se desvanecía. Las lágrimas comenzaban a brotar de mis ojos. Seguro era el último abrazo que podía darle, y me sentía consumido por la culpa de no haber llegado antes, de no haber podido evitar que ella se encontrara en esa situación... Me odiaba por no haberme dado cuenta que seria ella quien se quedaría atrás para que nosotros pudiésemos salir sin que nadie los hiciera daño. Luche lo mas que pude para que ella viniera, pero mi padre y Manuel me llevaron con ellos, esa fue la única vez que le escuché pronunciar un te amo el cual hizo que todo mi ser se fuera con ella. Un día que había comenzado lleno de alegría y bellos recuerdos se había tornado en el peor de todos, un día en el que perdí al amor de mi vida.

-Troy... -susurró una voz, entrecortada y llena de angustia.