La sumisión de la dueña

En el mundo en el que vivo, cuando los jóvenes hijos pertenecientes a la nobleza llegan a la edad de 20 años, deben integrar a su servicio a un Rendido (una persona del nivel más bajo en la escala social, una especie de esclavos exclusivos), éstos no son como un sirviente común; podríamos incluso decir que son mascotas encadenadas por magia. Son personas que le deben la vida a sus gobernantes, que si somos honestos, es mejor elegir la muerte.
¿Cómo fue que siendo tu dueña terminé a tu servicio?
En una tierra donde aún se venden esclavos, donde soy ama y señora. Me volví tan pequeña ante la mirada de un extraño. Me volví débil ante roce de sus labios, adicta a sus besos y al destello en sus ojos que reflejan deseo. Me volví vulnerable ante quien debía atender mis necesidades invirtiendo los papeles de este juego.