Los momentos de felicidad siempre hay que disfrutarlos, porque en un abrir y cerrar de ojos todo se puede ir al carajo, o eso es lo que Franco pensaba.
Prohibida su copia u adaptación.
Lando no sabe exactamente cómo empezó, pero de alguna forma siempre termina en la cama de Franco. No es algo planeado, no es algo que deberían estar haciendo, pero tampoco es algo de lo que pueda alejarse. Noche tras noche, la confusión se enreda en las sábanas, los límites se desdibujan y los sentimientos comienzan a pesar más de lo que debería.