Hilos.

Aquel día estrellé el coche de mi padre, un Rolls-Royce Phantom que mi padre tenía desde que tengo memoria. La furia en sus ojos no se comparaba con nada. Pero, claro, ¿cómo no enojarse si fue el primer coche que tuvo? De niño, una vez me contó que trabajó muy duro para conseguirlo. Y aunque tiene muchos autos de alta gama en su cochera, este tenía un valor sentimental muy grande.

En él había recogido a mamá en su primera cita. En él había ido a recogerme el primer día de clases. En él había asistido a su primer evento como figura principal de las empresas LP.

Solo podía pensar en el castigo que me pondría, en uno que remediara su ira.
Pasaron dos minutos en los que me miraba con unos ojos de decepcion, enojo y frustración.

"A partir de hoy dejarás de ir a la preparatoria de Anáhuac. Irás a una pública. No tendrás derecho a usar ningún coche y solo te daré 2,000 pesos semanales. Te pagaré un pequeño departamento en una de las peores zonas de la ciudad, y pasarás ahí tus próximos dos años. Dile adiós a tus vacaciones fuera del país y a la ropa de diseñador que acostumbras."

Escuché con atención cada una de sus palabras. Quería quejarme, pero ¿cómo hacerlo cuando sabía que merecía eso?

"¿Y mi novia?"

"Olvídate de ella."

¿Qué pasó después? Me enamoré de Logan.
¿Qué pasó con mi novia? También se enamoró de Logan.

Esta es mi historia.
La historia del joven heredero de las empresas LP.