El amor entre ellos es como una obra de arte incompleta: hermoso en ciertos trazos, pero lleno de manchas y líneas rotas. Él tiene una forma de ser dulce, casi irresistible, como un caramelo que se derrite lentamente, pero también es impredecible, dejando heridas que ella no puede ignorar.
A veces parece que están hechos el uno para el otro: él la mira con esos verdes ojos, la hace reír, y por un momento, todo parece perfecto. Pero luego vienen las discusiones, las despedidas, y ese extraño hábito de él de volver solo para reparar lo que rompió. Cada reconciliación es como un ciclo nuevo de esperanza y desilusión.