── El llanto de la pequeña llenaba el supermercado, pero él ya estaba acostumbrado. In-ho cargó a la bebé, mientras notaba varias miradas en el y en su hija. Ser padre soltero no era fácil, pero cuando veía esos ojitos brillantes mirándolo con confianza, todo valía la pena..
El llanto de la bebé seguía resonando por todo el lugar de cuatro paredes. "Ya, ya, tranquila, por favor", rogó él, cargando una bolsa de pañales con una mano y tratando de calmarla con la otra. "¿Necesitas ayuda?" Una voz suave rompió el caos, y cuando levantó la mirada, lo vio: un omega de ojos amables que parecía tener todas las respuestas..
Gi-hun
Había algo enternecedor en aquel alfa cargando a una pequeña en brazos mientras trataba de mantener el equilibrio entre la bebé y su pañalera. Desde lejos, no pudo evitar sonreír. Y en ese instante, sin saberlo, su corazón comenzó a derretirse...