Jack y Maddie compartieron un amor adolescente que dejó cicatrices en lo más profundo de sus almas, de esos que duelen en las entrañas porque arden con intensidad y, al mismo tiempo, están destinados a romperse. Él era el chico cool con ansias de escapar del pequeño pueblo, mientras que ella encontraba seguridad en la comodidad de su vida estable. Su conexión oscilaba entre una amistad inseparable y esos momentos robados en los que todo parecía detenerse, pero ninguno se atrevía a ponerle un nombre.
Todo se derrumbó cuando la madre de Jack traicionó a su padre con un hombre más joven. La familia se rompió y, con ello, también Jack. En un torbellino de rabia y dolor, buscó refugio en noches de fiesta, chicas que no significaban nada y demasiados vasos de alcohol. Maddie lo vio destruirse y, en el proceso, él terminó rompiéndola a ella. Entonces, Jack desapareció: su padre lo alejó del pueblo para darle una nueva oportunidad, dejando atrás los secretos, las heridas y los silencios.
Siete años después, el destino vuelve a cruzar sus caminos de la forma más trágica. La madre de Jack y su amante mueren juntos en un accidente devastador, obligándolo a regresar al pueblo para enfrentar los escombros de su pasado. Jack, ahora un hombre marcado por sus años viajando de un lugar a otro, debe enfrentarse a los fantasmas que dejó atrás: sus amigos, su viejo hogar y, sobre todo, Maddie.
Para Maddie, el regreso de Jack no solo trae de vuelta recuerdos de un amor adolescente que nunca pudo superar, sino también el dolor de las promesas rotas y las palabras que nunca llegaron a decirse. Bajo las estrellas que solían mirar juntos, deberán decidir si es posible reconstruir algo que fue tan visceralmente hermoso y, a la vez, destructivo.
En algún lugar, donde guardaron todos los besos no dados y las promesas incumplidas, quizá encuentren las respuestas que tanto les dolió buscar. O tal vez sea allí donde su historia finalmente llegue a su fin.
Mara siempre creyó que el amor verdadero llegaría de forma fácil, como en las películas. Pero todo cambió cuando, al final de su último año de colegio, se enamoró de Fabián, un chico que, con su sonrisa y carisma, la hizo sentir que había encontrado el amor de su vida. Pero lo que comenzó como un sueño, terminó convirtiéndose en una pesadilla cuando Fabián rompió su corazón de la forma más inesperada. Con el alma rota y el corazón guardado bajo llave, Mara juró nunca más confiar en el amor.
Al comenzar la universidad, Mara decide centrarse en sus estudios y en reconstruir su vida. Sin embargo, la vida tiene otros planes. Dylan, un chico tranquilo, amable y lleno de calidez, irrumpe en su mundo sin pedir permiso. Con una paciencia infinita y una sonrisa que derrite cualquier miedo, Dylan le muestra a Mara que no todos los amores duelen. Poco a poco, él la ayuda a sanar las heridas del pasado, sin prisas, sin promesas vacías, solo con la certeza de que el amor verdadero existe cuando menos lo esperas.
Pero a medida que su relación con Dylan se vuelve más profunda, Mara se enfrenta a una difícil elección: ¿arriesgarse a amar de nuevo y confiar en que esta vez será diferente, o seguir protegiendo su corazón de un futuro incierto?
Una historia sobre sanar las heridas del pasado, aprender a confiar en uno mismo y descubrir que el amor verdadero llega cuando dejas ir el miedo.