'El amor no es siempre color de rosas', un mantra que he repetido innumerables veces, se podría decir que es el sinónimo de mi vida, no solo de mi vida amorosa, en general mi existencia gira entorno a este principio que, por más que lo repito, no deja de ser cierto.
La vida es abrumadora e impredecible, una rueda de la fortuna en constante movimiento, nunca sabes si te tocará estar arriba o estar abajo, lo único refrescante es saber que no siempre estarás abajo, en algún punto debes subir, así como tampoco estarás arriba siempre, tarde o temprano tendrás que estar abajo, y sentir en carne propia las cosas amargas que la vida tiene preparadas para ti. A mí me tocó vivir todo eso en carne propia, a veces me pregunto cómo no perdí el poco sentido común que me quedaba, y lo único que viene a la mente es la hermosa mirada celeste de mi esposo, dándome confort y guiándome hacía la luz, por más oscuro que esté todo a mi alrededor.
Continuación de "Idilio Y Aflicción", tercera y última parte de la trilogía "Amor Y Aflicción".