En el fondo

El 100% de un libro es un 50% del borrador. ¿Y lo demás?

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Mientras escribo queda una estela de palabras que no agrego (porque escribir también es ser selectivo al narrar), un hilo de pensamientos salteados de la historia que no se quedan, como las salpicaduras de pintura que no llegan al lienzo, se acumulan en notas, en borradores, en garabatos en el diario. No salen de allí. Pierden el propósito. Si fuera cocina en vez de escritura, sería el igual de dejar un exceso de masa en los utensilios o una cantidad estúpida de crema batida en la manga pastelera: potencial desperdiciado en el fondo. Una lástima.

Siempre habrán cosas por borrar, pero últimamente veo qué hay en el fondo después de la escritura.

Aquí está, entonces. No hay pretensiones al publicarlo. Solo es para que todas estas palabras que nacieron de mí no queden en el fondo.