En el mundo del crimen organizado dos familias de mafiosos rigen la ciudad. Los Romanos, reconocidos por sus dotes diplomáticos y su astucia, prefieren la diplomacia a la violencia. Los Salvatore, son un clan despiadado, reconocidos por métodos sádicos e implacable búsqueda del poder. Entre ellos no existe tregua ni alianza, solo un odio heredado de generación en generación.
Víctor Salvatore, el heredero del imperio más temido de la ciudad, es una figura temida y respetable. Obligado por su familia a sostener sus expectativas, Víctor siempre ha estado acostumbrado a doblegar la voluntad...esto hasta la llegada de un nuevo ingresante a su universidad. Tras los auditorios, a kilómetros de distancia de las armas y los peligros, conoce a Nico Romano, hijo del menor del clan de mafiosos opuestos a su familia.
Nico es todo lo que Víctor no se puede permitir apreciar: ingenioso, amable, con una determinación de hierro sobre el poner toda la distancia posible entre él y la vida de crimen que su familia vive. Pero bajo su calma exterior se esconde secretos, traumas, y un vínculo indestructible con los suyos. La universidad, donde todo el crimen se debía dejar a un lado, se convierte en un escenario de miradas furtivas, colisiones de pensamiento e inevitable tensión.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.