Amar en contra del mundo

El aula estaba llena de risas y conversaciones apagadas, pero para Alec, todo se desvanecía en un murmullo lejano cada vez que Angel entraba por la puerta. No sabía exactamente cuándo comenzó a suceder. Tal vez fue durante aquellas tardes compartidas en la plaza, o en los partidos de fútbol donde Angel siempre parecía buscarlo en la multitud.

Lo que sí sabía era que aquello que sentía era algo prohibido, algo que la sociedad a su alrededor no estaba lista para aceptar. Los chistes homofóbicos y las bromas que escuchaba en los pasillos le recordaban cada día que sus sentimientos podrían ser algo estúpido y asqueroso

Para Alec, la confusión era aún mayor. Había crecido con las mismas ideas, con las mismas reglas no escritas. Pero cada vez que su mirada se cruzaba con la de Angel, sentía que esas reglas empezaban a desmoronarse.

En ese pequeño salón, entre cuadernos y mesas, nació algo que ninguno de los dos estaba preparado para enfrentar. Un sentimiento que desafiaría no solo a la sociedad, sino también a sus propios miedos. Un amor que, aunque oculto en las sombras, tenía la fuerza de iluminar incluso la tormenta más obscura.