Aslan ©

La vida de Aslan consiste en una sencilla rutina:

Cuidar de su abuela enferma.

Acompañar a su padre a la mezquita todas las mañanas.

Prepararse mentalmente para el matrimonio.

Estudiar el corán.

Y dibujar al carboncillo.

No tiene menos de lo que desea, y tampoco aspira a tener más.

O eso es de lo que quiere convencerse a sí mismo.

Profundamente, Aslan esconde un secreto. Un anhelo que cada día se hace aún más fuerte. Un vacío que grita agudamente ser llenado, y una voz que lo persigue a todas partes, incluso en sus sueños.

Aslan anhela saber, ¿A quién pertenece aquella poderosa voz que constantemente le habla? ¿Porqué el fuego de su presencia no se manifiesta dentro de la mezquita, sino fuera de ella, cuando está solo en su habitación? ¿Y porqué le ha prometido por esposa a una mujer desconocida con la cual sueña todas las noches?

Mujer cuyo rostro no es el mismo que el de Leyla, la joven con la cual su padre lo ha comprometido en matrimonio.