¿Cómo no amar su infierno, cuando amas a alguien?
El demonio que acecha su mente tiene un nombre: Lucca Caruso. Un hombre envuelto en sombras, peligroso y letal, cuya sonrisa es un arma tan afilada como su alma. Su presencia consume a Gianni, la arrastra a un abismo de deseo y temor, donde la línea entre el placer y la destrucción es demasiado delgada.
Pero Lucca no es el único que la atormenta. Massimo Russo, la bestia de la que todos hablan en susurros, es un pecado prohibido que tienta su voluntad. Un depredador disfrazado de hombre, cuya mirada incandescente la desarma, marcando su piel con fuego invisible.
Entre la lascivia y la lujuria, Gianni se ve atrapada en un juego donde el poder, la pasión y la traición tejen su destino. En la mansión de los Caruso, nadie es completamente inocente, y cada decisión puede convertirla en víctima o en cazadora.
Porque cuando amas a un demonio, no hay escapatoria... Solo queda arder en su infierno.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...