Mi madre siempre dijo "A los hombres se les conquista por el estómago", y que mejor karma para alguien que odia a mi gente mostrarle como la suya se doblega ante un simple plato de comida.
Yo, una inmigrante universitaria relativamente escasa de recursos económicos, ósea pobre.
Él, hijo del multimillonario expresidente de Estados Unidos.
No tiene sentido, ¿cierto?
Tal vez no debí mudarme a Nueva York, ni asistir a mis clases, ni aceptar el trabajo esa noche. Tal vez debí resistirme mas, tal vez de esa manera nunca me hubiera enamorado de Barron Trump.