Una mala historia del destino.

Evie juró que había olvidado a Erik. Hace cinco años, él la dejó sin una explicación, desapareciendo como si todo lo que compartieron no hubiera significado nada. Pero cuando el destino los vuelve a cruzar, lo hace de la forma más inesperada: ahora deben convivir bajo el mismo techo... como hermanastros.

Entre ellos, nada ha cambiado. La atracción sigue ahí, más fuerte, más peligrosa. Cada roce, cada mirada, cada palabra no dicha los empuja hacia un límite que saben que no deberían cruzar.

Mientras intentan mantener las apariencias frente a sus nuevas familias, Evie y Erik descubren que el amor no desaparece solo porque sea prohibido... y que algunas heridas solo pueden cerrarse ardiendo juntos una vez más.