Me sentía completamente devastado. Mi mente estaba llena de preguntas que no dejaban de rondar sin cesar: "¿Cómo sucedió?", "¿En qué momento?", "¿Por qué a mí?". Eran tantas las preguntas que me abrumaban, que era imposible pensar con claridad, como si una niebla espesa se hubiese instalado en mi cabeza, oscureciendo todo a su paso.
Traté de calmarme, pero mi mente seguía dando vueltas. Fue entonces cuando un recuerdo fugaz cruzó mi mente, como un destello, y todo cobró sentido. Aquella noche. La imagen de esa noche no me dejaba en paz. Recordaba a ese alfa, sus ojos oscuros y su intensidad, la forma en que todo sucedió tan rápido y, en medio de la confusión, me dejé llevar. Ahora entendía que lo que sucedió no fue solo un error momentáneo... sino algo mucho más grande.
Y luego, el golpe final: el futuro padre de mi cachorro. Mi estómago se revolvió al pensar en ello. ¿Qué iba a hacer? No tenía respuestas, solo incertidumbre y miedo, pero sobre todo una sensación de que todo había cambiado para siempre, y yo ni siquiera había tenido tiempo de prepararme para ello.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.