Ariadna Morel es una perfumista excepcional con un don único: capturar recuerdos en fragancias. En su tienda, Essentia, cada aroma es una historia, un instante inmortalizado en notas olfativas. Pero entre todos sus perfumes, hay uno que jamás ha puesto a la venta: El Susurro del Tiempo.
No es un perfume cualquiera. Quienes lo huelen reviven recuerdos que creían olvidados... o que nunca deberían haber existido. Cuando un hombre desconocido lo prueba y huye aterrorizado, Ariadna comprende que ha creado algo peligroso. Pronto, clientes que han olido la fragancia comienzan a desaparecer, dejando solo rastros de un pasado enterrado.
Un detective aparece en su puerta, siguiendo un rastro de desapariciones conectadas por un mismo hilo: su perfume. Juntos, descubren que El Susurro del Tiempo no es un accidente, sino una grieta en el olvido, un portal a memorias que alguien se ha esforzado demasiado en borrar.
Ahora, Ariadna es la clave de un misterio que nunca debió salir a la luz. Si quiere sobrevivir, deberá seguir el rastro del perfume hasta el origen de esos recuerdos... antes de que quienes los enterraron la silencien para siempre.
Samantha Rivera y María Victoria Arellano.
No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la estatura. Nunca pensaban igual, tenían ideas muy diferentes y actitudes contrarias. María Victoria era dueña de si misma, Samantha era una chica insegura. Sus manos parecían ser hechas como piezas exactas para encajar una con otra, con los dedos entrelazados y mirando a la misma dirección.
Samantha era su pequeña.
Está historia no me pertenece, todos los derechos a su autor original.