Cementerio de amores perdidos.

Siempre me han dicho que las promesas son cadenas, que algunas palabras son tan pesadas que pueden arrastrarte al fondo de un abismo sin fondo. Pero yo nunca lo creí. Pensaba que una promesa era solo eso: una forma de asegurarles que nunca los dejaría, que siempre estaríamos juntos. ¿Acaso no es lo que todos queremos? ¿No anhelamos, en lo más profundo, que alguien nos ame lo suficiente como para no soltarnos jamás?

Yo lo hice. Lo prometí. Y ahora, ellos siguen aquí.

A veces los escucho. No siempre con claridad, pero sus voces se deslizan por las sombras como un susurro antiguo, una plegaria rota que nunca termina de deshacerse. Me llaman, me acusan, me necesitan. No sé si me odian o si aún me aman, si me buscan para reclamarme o si simplemente no saben hacer otra cosa más que permanecer.

Dicen que están atrapados. Que no encuentran la paz. Que no pueden irse. Pero... ¿acaso no es eso lo que querían? ¿No me pedían que no los olvidara, que los llevara conmigo para siempre?

Siempre.

Esa palabra pesa más cada día.

No me pidas que me arrepienta. No lo hago. Tal vez debí elegir mejor mis palabras. Tal vez debí entender que algunas promesas son jaulas disfrazadas de amor. Pero ya es tarde. Muy tarde.

Si prestas atención, si te quedas el tiempo suficiente, tú también podrás oírlos. No te preocupes si el aire parece volverse más espeso, si el suelo bajo tus pies se siente inestable. Solo son ellos. A veces se inquietan cuando llega alguien nuevo. Tal vez te acepten. Tal vez te susurren su historia. Tal vez te adviertan.

O tal vez, simplemente, se pregunten si tú también te quedarás.

Para siempre.

(Estaré actualizando cada domingo.🫶)
(Índice/Guía después del cuarto capítulo.🙈)