A veces, las conexiones más profundas nacen en los lugares más inesperados. Gia nunca imaginó que un simple mensaje en internet la llevaría a conocer a alguien como Coel. Desde el primer instante, la chispa entre ellos fue innegable. Coel, alto y de piel canela, con una sonrisa tan linda que iluminaba todo a su alrededor, era como una tormenta suave: cautivador, impredecible, lleno de vida. Sus ojos cafés, siempre escondidos tras unas gafas oscuras, tenían esa extraña capacidad de hacerte sentir que había mucho más de lo que dejaba ver. Era un artista, con una mente inquieta y un corazón lleno de pasiones que compartía sin reservas. Cada conversación con él era un viaje, una exploración de ideas, sueños y secretos. Las horas se desvanecían sin que ellos se dieran cuenta, como si el tiempo no importara cuando estaban juntos. Lo que comenzó como algo pequeño creció rápidamente en algo mucho más grande, un lazo que Gia sentía fuerte y real. En su voz, en sus palabras, había algo que la hacía sentir comprendida, como si finalmente hubiera encontrado a alguien que veía el mundo de la misma forma. Y aunque el futuro parecía incierto, una cosa estaba clara: lo que habían compartido era algo que Gia nunca olvidaría.All Rights Reserved
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