Hay momentos en que el alma no se rompe de golpe, sino que se va resquebrajando en silencio. Cada palabra no dicha, cada emoción contenida, cada paso dado sin convicción deja una grieta invisible. Este libro nace de esas grietas.
Aquí no hay respuestas absolutas ni finales felices garantizados. Solo pedazos: pensamientos sueltos, emociones crudas, memorias que arden y susurros que aún duelen. Son fragmentos, sí, pero cada uno guarda una verdad, una herida, una esperanza.
Quien se atreva a leerlos, quizá encuentre los suyos reflejados. Porque el alma, aunque rota, sigue hablando.