Natalie y Diego han sido vecinos de vacaciones desde siempre. Han compartido los mismos atardeceres, las mismas calles empedradas y las mismas olas rompiendo contra la orilla. Pero nunca han sido más que dos extraños que se cruzan en silencio.
Hasta ahora.
Un encuentro inesperado, una mirada que dura más de lo debido y, de repente, el verano ya no parece el mismo de siempre. Entre noches en la terraza, conversaciones a medias y la sensación constante de estar en el borde de algo nuevo, Natalie y Diego descubrirán que, a veces, lo que menos esperas es lo que más necesitas.
Porque hay veranos que dejan huella. Y este es el suyo.