
Las cadenas empiezan a pesar, las marcas en mis muñecas parecen volverse un tatuaje permanente, sus palabras se tatuan e mi mente, el sabor de sus labios permanece en mi como un recordatorio de lo que parece ser mi vida ahora, una tortura sin fin, el final de mi vida, al menos de como la conocía, pasando a ser nada más ni nada menos que una de las piezas del ajedrez de una sádica alma que terminó con lo poco que me quedaba de vida.All Rights Reserved