Te odio más que el frío de Edimburgo

Lola ha dejado todo atrás para empezar de nuevo en Edimburgo, pero el frío, la humedad y la falta de agua caliente la tienen al borde del colapso. Para colmo, su vida amorosa es un desierto y parece que la única emoción en su día a día es esquivar charcos y sobrevivir a su nuevo trabajo.
Su único refugio ahora es cuidarse y verse mejor ¿estará en crisis? Así que está dispuesta a ser constante en el gimnasio, donde intenta despejarse y, de paso, fantasear con un misterioso desconocido que aparece y desaparece como un espejismo. No es que tenga muchas esperanzas en el amor, pero al menos su imaginación sigue funcionando.
Mientras tanto, en la oficina, la cosa no pinta mejor. Su nuevo jefe es exigente, arrogante y tiene un talento especial para hacerle la vida imposible. Y como si el destino se estuviera riendo de ella, Lola empieza a notar que su mundo y el de el chico misterioso comienzan a entrelazarse de formas inesperadas.
¿Será capaz de mantener el equilibrio entre el trabajo, la soledad y las sorpresas que la ciudad le tiene preparadas?