Las historias de amor comienzan de formas inesperadas. Algunas nacen en miradas furtivas, otras en encuentros accidentales, y unas pocas, en un simple "seguir" en redes sociales.
Para Josephine, una joven australiana con raíces latinas, Instagram era solo una estrategia, un juego de números en el que cada seguidor representaba una pequeña victoria. Su mundo giraba entre fotografías cuidadosamente editadas, colaboraciones y la búsqueda de una audiencia que la hiciera sentir vista. Cuando encontró el perfil de Kendrik, un fotógrafo y músico de Los Ángeles, le dio follow sin pensarlo demasiado. Un chico atractivo, con un feed impecable y una vibra misteriosa. Nada más.
Pero meses después, la notificación llegó: Kendrik te ha seguido de vuelta.
Lo que comenzó como una conexión superficial entre dos desconocidos en extremos opuestos del mundo, pronto se convirtió en algo más. Una conversación. Una rutina. Un refugio en medio de la distancia. Sin darse cuenta, Justine y Kendrik cruzaron la delgada línea entre la casualidad y el destino.
Pero, ¿puede un amor nacido en pantallas y palabras resistir la distancia? ¿O solo será otro espejismo digital condenado a desvanecerse?
Esta es la historia de dos almas que, sin buscarlo, se encontraron en la vastedad de Internet, desafiando el tiempo, los kilómetros y sus propios miedos.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.