Los cuentos suelen ser infantiles, apegados a la aventura, la inocencia, las enseñanzas, dispuestos a proteger la inocencia de los niños y mantener de vez en cuando, entretenidos a los adultos. ¿Pero que tal un cuento indecoroso? A él no le gustaba vivir en un cuento de hadas, su vida nunca lo fue, deseaba expresar más de su rota alma, más de lo profundo de su corazón, llevar más allá su dolor, expandirlo, volverlo algo más incorrecto y lastimero para si mismo como para asquear a quien lo escuchará. A quien lo entendiera. Era un autor desconocido, sin lápiz ni papel, sin libros para escribir, solo su dulce y apagada voz para contar lo que pasó a quien fuera que le diera curiosidad.All Rights Reserved
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