Lluvia Eterna.| © (escribiéndo lento)

En las lluviosas calles de Kioto, donde el tiempo parece detenido entre luces de neón y templos olvidados, Aiko deambula como un alma en pena. Desde la muerte de su madre, su vida es un laberinto de sombras, una rutina vacía entre trenes nocturnos y noches en vela. Su único refugio es un pequeño café escondido en un callejón, donde el aroma a té amargo se mezcla con las notas melancólicas de un viejo piano.

Cada noche, en la penumbra de aquel rincón secreto, Akiro deja que sus dedos hablen por él. Su música es un lamento silencioso, un grito ahogado que solo Aiko parece escuchar. Entre miradas fugaces y silencios compartidos, un vínculo invisible comienza a formarse entre ellos. Pero el dolor no suelta fácilmente a sus presas. Akiro es un hombre roto por un pasado que lo atormenta, y Aiko, atrapada en su propio abismo, teme que acercarse demasiado solo signifique caer aún más profundo.

En una ciudad donde el pasado nunca duerme y la lluvia borra hasta los últimos vestigios de esperanza, ¿podrán dos almas quebradas encontrar consuelo en la tristeza del otro, o su encuentro será solo otro eco del silencio?