Leonard amaba a Marco, pero cual imprudente adolescente le engañó y lo perdió. Sin embargo, Marco siendo rey, dejó ir a Leonard quedándose con el hijo de éste y criándolo como suyo. Dieciséis años después, Leonard regresa al castillo creyendo a su hijo en peligro, arriesgándose a la furia de Marco, no esperaba que las formas del soberano de torturarlo pudiesen hacerle perder la cabeza y no de la forma en la que había temido al volver.
Leandro (hijo de Leonard), por su parte, debe casarse con la princesa de un país vecino, Elizabeth, y aunque se hacen amigos rápidamente, Elizabeth ama a Akon, su musculoso guardaespaldas, quien no soporta a Gerald, el general de Marco, fiel sombra y protector del príncipe Leandro.
Como le explicas a todos que en vez de morir estas dentro de una novela que acabaste de leer en menos de una semana, en la cual no te enamoraste del personaje principal sino de la persona, arisca, amargada, y gruñona pero que resurgió del oscuro pantano como el más hermoso y fuerte loto.