
Jake se sentía sumido en una profunda oscuridad, sin esperanza alguna, pero todo cambió cuando lo conoció a él. Sus ojos, grandes y expresivos como los de Bambi, lo miraban con una dulzura y un amor que Jake nunca había experimentado antes. Sus palabras, suaves y reconfortantes, hacían que Jake sintiera mariposas en el estómago, y su simple presencia era capaz de iluminar incluso el día más gris.All Rights Reserved