–Es decir, soy… Soy... soy gay –murmuró, como si cada palabra le costara un esfuerzo inmenso. El agarre que tenía alrededor de la muñeca de Nico se aflojó, y ella retrocedió lentamente sin ser siquiera consciente de lo que hacía. Pero, finalmente, eso no importaba. Nada de eso importaba mientras se tuvieran el uno al otro.