Hay muchas formas de hacer que tu juventud sea arruinada, hay muchas formas de destrozarte a ti mismo hasta que te quedes sin nada. Yo conozco varias de ellas. Toda mi juventud estaba rodeada de ellas, y aunque nada me hacía falta, sentía el vacío en mí desde una corta edad. He pasado casi la mitad de mi vida odiando el reflejo que me da el espejo y he pasado más tiempo en el baño del que me gustaría. Y sé todas las maneras de cómo desperdiciar los años que, según todos los adultos, son tus años dorados. Ellos dicen que no sé nada, pero desde pequeña lo supe todo. Entendí que, como me vieran, me tratarían, y entendí que estoy sola en el mundo. Hay muchas formas de hacerte daño. Yo experimenté muchas, pero no necesitaba mucho de mi ayuda. La ayuda de los demás bastó, y solo eso era necesario para sentirme la cosa más pequeña de este mundo. Hay muchas formas de hacer llorar a los demás. Yo conozco la mayoría, porque muchas de ellas me las aplicaron. Terminé con tanto rencor que yo misma me inventé otras, para lastimar a los demás, pero sobre todo, para lastimarme a mí. Te puedo decir que, para este punto, no hay nada que me pueda lastimar, solo una cosa, y es decirme que extrañabas cómo era. Porque yo también lo hago con todo mi corazón. Quiero regresar a esos momentos donde el daño todavía no se extendía a todo mi ser. Deseo volver a mí misma, pero también añoro el dolor. Me siento cómoda en él desde hace mucho tiempo, y no sé qué camino tomar. Mi nombre es Zaira, y esta es mi historiaAll Rights Reserved
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