-Sinopsis
hace mucho tiempo, la humanidad, tantos hombres y mujeres se apoyaban entre si, sin dicusiones, ni peleas, pero la ley y el trato eran mas para lo hombres pero no importaba, hasta que la mujer encontraria la dimesion que es nombrada como mato, pero no solo eso si no, una fruta que se ve como un durazno, que al comerlo otorgaba poderes a quien las ingeria(pero solo la mujeres), luego de este descubrimiento el mundo cambio tras ese encuentro, y la humanidad paso al mando de las mujeres, y minimezando a los hombres por debiles/y buenos para nada, sendo tratados como esclavos..pero si existiera al menos un hombre con poderes, podria cambiar la sociedad con eso, o ser tratado como los demas hombres o peor...como un arma...bueno existe un unico hombre con poderes a pesar que no deberian existir, pero esta persona tomaria estos poderes como una oportunidad de aprovechar con un buen uso, pero su pasado no fue bien disfrutable.
sin embargo, los que nadie sabe es que antes de mato, existia otras mas dimensiones(incluso mas antiguos que mato), y una de la mas reconocida como nevada, donde el chaos y la improbabilidad esta fuera de su compresion humana, y siendo una via al pase del infierno, donde este chico tuvo la mala suerte de estar alli despues de perder a su hermana mayor.
¿sera capas esta persona guiar bien estos poderes, con sabiduria y aprovecharlas, o seguira con su locura despues de estar mucho tiempo en nevada, y crear cahos en mato? veamos
Los humanos son, en su mayoría, efímeros.
Y aún en esa brevedad, se repiten.
Ambiciosos, temerosos, cobardes, algunos hasta valientes... pero siempre prisioneros de sí mismos. Siempre construyendo imperios para luego deshacerlos con la misma torpeza con la que un niño derriba sus propios castillos de arena.
He visto esto antes.
No una vez, ni diez, sino incontables veces.
Ciudades devoradas por su orgullo. Civilizaciones elevadas por ideales y hundidas por codicia. Hermanos que se juraban eternidad, enfrentados por migajas.
Y aun así, hay excepciones.
No mejores. No perfectos.
Pero distintos.
Uno de ellos fue un hombre llamado Hashirama.
Otro, uno llamado Madara.
Ambos creyeron, equivocadamente, que podrían cambiar el destino del mundo. Uno con esperanza. El otro con control. Ninguno entendió que el mundo no desea ser cambiado, solo repetido.
Y entonces... llegó otro.
Un niño.
Un tonto.
Un soñador de los peores.
De esos que, sin saberlo, hacen temblar los cimientos del mundo solo por reír en voz alta.
De esos que creen que la amistad puede detener una guerra.
Que un abrazo puede callar a los dioses.
Por él decidí abrir los ojos.
Solo un poco. Solo una grieta.
Quizá, solo quizá... merezca la pena mirar de nuevo.
Porque esta historia no trata de héroes ni de monstruos.
Trata de ciclos.
De errores que vuelven a nacer.
De un mundo que sangra... y de un idiota que intenta vendarlo con las manos sucias.
Os contaré su historia.
La del último hombre que desafió al destino con una sonrisa.
Os contaré la historia de Naruto Uzumaki Namikaze.