Este es el relato de una experiencia que nunca imaginé vivir. Un dolor insoportable, un diagnóstico inesperado y varias operaciones que me enfrentó a mis miedos más profundos. Mientras luchaba contra la ansiedad, la tristeza, y más que nada en mí fé como hija de Dios también entre más emociones, mi familia estuvo a mi lado, brindándome consuelo. A pesar de todo, tuve que enfrentarme a mis cirugías, análisis y estudios y al temor de que algo saliera mal. Pero, en medio de todo eso, aprendí a confiar en mí misma y en Dios, a soltar el control y a aceptar que, no entendemos los planes o cosas que Él hace, pero entenderemos su propósito en el futuro ya que Dios nos da y hace cosas de amor, cosas buenas y no malas, por más difícil que esté la tormenta, recuerda que Él siempre está ahí compañándonos.
En la cima de la montaña, el aire es más frío y el silencio más ensordecedor. No es solo la nieve la que cae en el descenso, también lo hacen las certezas y los miedos. En el mundo del snowboard, cada salto es un riesgo y cada curva puede cambiarlo todo.
Sue Harper ha pasado su vida deslizándose entre expectativas y sueños, buscando algo más que aplausos: la certeza de que su lugar en la cima le pertenece. Pero cuando la línea entre la ambición y los sentimientos se vuelve borrosa, el verdadero desafío no está en la pista, sino en mantener el control cuando el corazón quiere lo contrario.
En un espacio donde la lealtad, la rivalidad y la libertad chocan como avalanchas, aprender a confiar puede ser más peligroso que cualquier caída. Porque el hielo guarda secretos, y a veces, lo más difícil no es llegar arriba... sino no perderse en el camino.