Dulce lo ultimo que quiere es involucrarse de forma seria con un hombre, lo suyo es lo casual, pero todo se vuelve difícil cuando conoce a su nuevo vecino, Sebastián, que además de ser condenadamente guapo resulta ser un actor porno retirado que sabe más de anatomía femenina y corazones de lo que ella puede manejar.
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Dicen que terminar una relación duele tanto como perder a un ser querido, el corazón roto lastima de una manera similar. Dulce nunca perdió a un ser querido, pero si perdió una relación de siete años, una relación que parecía ir en buen camino pero a la cual, de manera unilateral, decidieron ponerle un fin. Con el corazón hecho pedazos y despechada no quiere saber nada de romance, citas, ni novios, solo quiere algo casual.
Sebastián lleva más en la espalda de lo que le gustaría admitir. Mudarse a un lugar nuevo es su manera de querer controlar su vida y de dejar el pasado detrás, un pasado que lo tiene a él como protagonista de innumerables películas porno. Queriendo alejarse de su estigma como actor para adultos, busca un nuevo inicio y ese nuevo inicio trae el querer sentar cabeza de manera oficial con alguna mujer que llegue a cautivarlo.
Los dos quieren cosas diferentes. Ella quiere mantenerse alejada del romance y él quiere todo lo que implica una relación seria. ¿Podrán manejar la corriente caótica del otro?