La historia personifica al día martes como una figura cautivadora que despierta en el autor el deseo y la intensidad de una pasión creciente. Lo que comienza como un simple juego de provocaciones se transforma en una conexión profunda, marcada por la atracción, los besos furtivos y la necesidad de encontrarse una y otra vez. Sin embargo, el destino les enseñará que el deseo no siempre es suficiente para sostener un amor, dejando al lector inmerso en una historia donde la emoción, la incertidumbre y el aprendizaje de la pérdida se entrelazan.All Rights Reserved
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