Siempre ha sido la chica que pasa desapercibida, la que se esconde detrás de las paredes de su propio dolor. Desde pequeña, el bullying la ha acompañado, como una sombra que nunca la deja en paz, ni en el colegio ni en el instituto. Nunca ha conocido lo que es una amistad verdadera. En cada intento de confiar, las personas que pensó que serían su refugio la traicionaron, dejándola más sola, más rota.
Un día, mientras se prepara para enfrentar otro día más de indiferencia, algo la hace detenerse. En su casillero, entre libros y papeles olvidados, encuentra unos pétalos de tulipanes blancos. Esas flores, tan suaves, tan puras, siempre fueron sus favoritas. Nadie podría saberlo, ¿verdad? ¿Quién se acordaría de algo tan simple, pero tan suyo?
Confusa, decide investigar. No puede dejarlo pasar. Pero para descubrir quién ha dejado esos pétalos, debe enfrentarse a su pasado, revivir aquellos recuerdos que había intentado enterrar. A medida que los rememora, se da cuenta de que hay cosas que aún no ha sanado, heridas que no ha dejado atrás. La historia que tanto le duele contar podría ser la clave para entender quién es la persona que esta entre los pétalos de tulipanes blancos