Aquí, en Ashford, todo está dividido. No hay grises, no hay medias tintas. Al este, los Red Dogs, expertos en convertir amenazas en moneda de cambio. Si debes, pagas. Si les molestas, desapareces. Así de simple. Al oeste, los Demons, los cabrones que prefieren el silencio y la precisión quirúrgica que nadie se atreve a cuestionar. No gritan, no pelean sin motivo... Pero qué putada le espera al que se encuentre en su camino. Y en medio, el muelle. Ese hermoso y apestoso pedazo de madera donde todos los que se odian fingen llevarse bien. El único lugar donde Red Dogs y Demons se cruzan sin matarse. Al menos, no siempre. Un equilibrio inestable que nadie se atreve a romper. O al menos, eso creía. Porque Ayden ha vuelto. Sí, ese Ayden. El que desapareció sin más, como si nunca hubiera existido. Y, cómo no, sigue igual de arrogante, igual de atractivo, con esa mirada afilada, igual de seguro de sí mismo. Incluso más. Como si todo lo que pasó entre nosotros fuera una simple anécdota y no un puto campo minado en mi cabeza. Y si antes estaba bajo el mando de los Red Dogs, ahora es uno de los que maneja decisiones. Mueve la balanza. Lo lógico sería alejarme. Fingir que su presencia no me afecta, que su voz no sigue haciéndome temblar por dentro, que no me importa su ausencia me quemó por dentro. Pero una fuerza mayor, me impide hacerlo. Porque la verdad es que sí me importa. Y mucho. Y ahí está el problema. Porque en esta ciudad, el amor no solo te rompe el corazón. Te entierra seis metros bajo tierra.All Rights Reserved
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