- ¡Yo soy Avery Hannover, princesa del pueblo de Ethereum, reino de las almas! y no obedezco las ordenes de un vasallo como tú, el pueblo de Ethereum está dispuesto a luchar por nuestras convicciones - Chillo mientras intento mantener el tono retador en mi voz, sus ojos se llenan de furia y rabia contenida, como si estuviera sopesando sus acciones -
- Entonces anda, lleva a todo el pueblo a su muerte, no duraras ni un día en el reinado y para que quede claro yo Aarón Seymour principe de Avalorya reino de las sombras - Hace hincapié en las últimas palabras, como si de inyectar el miedo se tratase- no seguimos princesas mimadas como tú
Mis mejillas se encienden de irá pura, intento relajar mis expresiones para no ser notada por el pueblo de Ethereum, las infinitas ganas de llamar a uno de los dragones del pueblo para que lo cocine cruza por mi mente. - Calma Avery - chilla una voz en mi interior, después de todo este príncipe arrogante será aquel que es tu esposo.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.