Aunque sea imperceptible, existe un orden, un equilibrio que permite que la existencia perdure; pero si se rompe, no hay vuelta atrás. Si se rompe, las tinieblas se quiebran y liberan lo que se esconde en el paraje sombrío: lo que nunca ha sido encarnado y jamás podrá estar vivo. Los vampiros confiados por décadas, siglos o milenios de existencia en las sombras, convencidos de que el orden natural entre depredadores y presas no puede quebrantarse, son sorprendidos, cazados y exterminados. En rituales, pagan con sus corazones resecos los ríos de sangre humana derramada. Solo una vampiresa sobrevive, una antigua cazadora a la que se le permite vivir para padecer un interminable sufrimiento. Sus captores la torturan para afianzar el vínculo con la oscuridad que se encuentra más allá de su alma. Ansiosos, exprimen su vida para cumplir su destino y llevar a cabo su propósito. ¿Qué sucederá cuando el alma de la última inmortal se quiebre y los vampiros se extingan? ¿Los humanos olvidarán que una vez fueron cazados o despertarán en un mundo que no permitirá que no existan depredadores? ¿Será demasiado tarde para que se revele que no todos los monstruos tienen apariencias terroríficas? Portada realizada por: @DanielaCriadoNavarroAll Rights Reserved
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