"El Renacer de México"
México siempre creyó tener una buena relación con el mundo, compartiendo su cultura con orgullo. Pero un día descubrió la verdad: a puerta cerrada, los países lo despreciaban. Lo veían como caótico, insignificante, un simple actor secundario en la historia.
En lugar de enfurecerse, México decidió cambiar. Se reconstruyó con paciencia y determinación, volviéndose fuerte, autosuficiente e imparable. Su cultura dejó de ser vista como una simple atracción y se convirtió en un símbolo de resistencia. Pronto, las naciones que lo despreciaban comenzaron a admirarlo, queriendo su atención. Pero él ya no tenía interés en ellos.
Su corazón pertenecía a otro tiempo, a los grandes imperios que marcaron la historia con su poder y ambición: el Imperio Romano, la Unión Soviética, el Tercer Reich, el Imperio Japonés, la Rusia zarista, el Reino de Prusia y muchos más. Pero la historia fue cruel. Uno a uno los vio caer, desmoronarse, desaparecer. Y él seguía ahí, en un mundo donde ya no quedaban quienes realmente comprendía.
Cuando el mundo moderno intentó acercarse a él, México simplemente los ignoró. No les guardaba rencor, pero tampoco amor. Seguía en pie, pero su corazón permanecía en el pasado, junto a aquellos que nunca olvidaría.