Ya han pasado milenios desde la última vez que nos sentamos en la mesa de los menesteres, hace milenios que no veo a mis hermanos. Nos separamos, no hemos tenido contacto alguno desde la última vez que nos encontramos, todo empezó gracias a Umbra, el y su estúpida mentalidad de tener todo el control y los poderes de los seis. Celestian tenia aquel extraño presentimiento sobre Umbra, sabíamos que era un rencoroso y tenia envidia de nuestros "dones". Pero nunca pensamos que llegaría tan lejos por algo que nunca tendrá. Los "dones" que poseemos no los encontramos por suerte, según nuestro padre y cito: «Ustedes hijos míos, nacieron con poderes especiales, cualidades que destacan de entre otras criaturas celestiales del universo, estos poderes, aunque correctamente llamados dones del Olimpio o dones de los sabios se encuentran dentro de ustedes. Tendrán que emprender una larga búsqueda a lo largo de su vida, tendrán que saber utilizar sus dones, ya que se convertirán en algo importante de ustedes, los aprenderán a controlar de formas distintas, tendrán un "entrenamiento" de acorde con su don y la situación donde lo podrán utilizar y poner en práctica. Les deseo lo mejor en su búsqueda, hijos míos. » Al apenas ser unos niños de trescientos años de edad la idea de emprender aquella imponente búsqueda por nuestros dones nos llenaba realmente de felicidad y en nuestros pequeños ojos se ve la gran ilusión que teníamos, conforme el paso de los años, esa ilusión, deseo e impaciencia por nuestros dones se volvió simplemente en una vaga idea que se presentaba como un recuerdo.