The prince's heart ° Benedict Bridgerton.

Las máscaras ocultaban rostros, pero no intenciones. Bajo la luz tenue de los candelabros y el reflejo de los espejos dorados, la mascarada de los Bridgerton se desplegaba como un teatro de sombras y secretos. Era un juego donde la identidad se desdibujaba y, por unas horas, todos eran libres de ser lo que desearan.

Entre risas ahogadas y copas alzadas, Benedict Bridgerton deambulaba por el salón, con la misma soltura con la que había navegado su vida en los últimos años. Sin rumbo, sin propósito, sin más ambición que el placer momentáneo. Había probado la libertad en todas sus formas: en los estudios de artistas bohemios, en lechos cálidos de amantes pasajeros, en noches donde el vino sabía a promesas que nunca se cumplirían. Y, sin embargo, la dulzura de la vida sin ataduras se había tornado insípida. Algo dentro de él comenzaba a inquietarse, a cansarse de lo fácil, de lo inmediato. Lo había confesado a Eloise, casi en un susurro: "Temo que lo próximo que descubra me cambiará para siempre."

Y entonces, en medio del bullicio de la fiesta, lo escuchó.

Una risa.

No una risa común, ahogada por la etiqueta o suavizada por la cortesía. Era una risa libre, sincera, vibrante. Provenía de un hombre enmascarado, apartado de la multitud, observando a los bailarines con el deleite de alguien que por primera vez veía el mundo desde el otro lado de una jaula. No era la risa de un noble inglés, encorsetado por el deber y la tradición. Era la risa de alguien que, por una sola noche, se sentía verdaderamente vivo.

Benedict se detuvo, sintiendo el peso de una certeza inesperada. No sabía su nombre, no conocía su rostro. Pero en esa risa, encontró algo que ni el arte, ni el placer, ni la libertad sin dirección le habían dado jamás.

Un propósito.

Y, sin saberlo aún, el primer latido de algo que lo cambiaría para siempre.

A ambos.

Bridgerton ° serie.
Benedict Bridgerton ° x oc masculino.