Ignición

El fuego lo devora todo. Y el mundo... el mundo nunca ha sido justo.

Desde niño, soñé con ser un héroe. No porque quisiera fama o reconocimiento, sino porque quería proteger a los demás. Pero el destino tenía otros planes. Cuando cumplí cuatro años, descubrí que no tenía un Don. Mientras mis amigos despertaban poderes increíbles, yo solo podía mirar desde la sombra, aferrándome a una esperanza que pronto se convirtió en cenizas.

Porque el fuego también me arrebató todo. Recuerdo el calor sofocante, las llamas envolviendo mi hogar, la voz de mi madre perdiéndose entre el humo. Y luego, el silencio. Me señalaron como el responsable, llamándome "hijo del diablo" por la extraña sonrisa que aparecía en mi rostro cada vez que el miedo me invadía. Pero yo sabía la verdad: algo más estaba allí esa noche. Algo que me dejó solo con un poder que aún no comprendía.

El mundo quiso hacerme creer que estaba destinado al fracaso. Pero si el fuego me arrebató mi pasado, entonces yo forjaré mi futuro con él. Porque ser un héroe no significa solo tener poder. Significa no rendirse. Significa levantarse, incluso cuando el destino te dice que no puedes.

Mi nombre es Izuku Midoriya, y esta es la historia de cómo me convertí en el héroe número uno.