𝔸𝕕𝕖𝕝𝕒𝕟𝕥𝕒𝕥𝕖, 𝕤𝕚 𝕥𝕖 𝕠𝕤𝕒𝕤...
Ven, mortal, cruza el umbral de niebla y escarcha. No temas los susurros que serpentean a tu alrededor ni el frío que se aferra a tus huesos. En lo más profundo de Niflheim, más allá de la compasión de los dioses, ella espera.
Mitad belleza, mitad podredumbre. Su sonrisa es un eco de muerte, su mirada, un abismo sin fondo. Los que han sentido su toque jamás regresaron, y aquellos que la desafían aprenden que el olvido es un castigo piadoso.
Si crees que el destino te ha abandonado, si la oscuridad ya habita en tu alma... Hel abre sus brazos para ti.
Creyó que al ser capturada moriría a manos enemigas, lo que no sabía es que le ocurriría algo peor, algo que sería su perdición: se enamoraría del enemigo.
***
La vida de Nilsine deparaba muchas cosas que ella no quería, su pueblo hablaba y suponía cosas solo por ser la hija del jefe. Así que fue toda una sorpresa lo que sucedió aquel día que fue raptada por los soldados del reino enemigo.
Ahora tiene que participar en un enfrentamiento a muerte en contra de su voluntad. Y su plan es sencillo: ganarlo y regresar a la tortura de vida que tenía en su aldea.
Sin embargo, el Rey Aren; aquel hombre alto, serio, frío y calculador, de ojos azules... empieza a tener un peculiar interés por ella.
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¡¿Qué no lo entiendes?! ¡Eres mi maldita perdición!