≪ -Dime que me miras- muevo mi dedo anular por el bordillo de la cortina, sosteniéndolo- o por lo menos, mírame. ≫ Todas diferentes salvo por un detalle: son jóvenes, inocentes e inexpertas. Y comienzan a darse cuenta de su alrededor cuando la calidez envuelve sus vidas. Vírgenes y temibles, en un paraíso extraño que ellas mismas irán descubriendo.