En la sombra de La Guerra

La soledad no fue un sentimiento al que Carmille hubiese estado acostumbrada, o siquiera había estado consciente de que lo sentía. Corrían los años 30's y en verdad no encontraba un sentido a lo que hacía, ella iba todos los domingos a la iglesia, era buena esposa y su pasión era leer libros románticos o escuchar música en la radio mientras horneaba algunas galletas con esas chispas de chocolate que tanto amaba.
No le faltaba nada según ella, un esposo amoroso con un trabajo estable, todo el tiempo libre que podía desear puesto que hijos no tenían, eran un matrimonio joven, y esperaban el próximo año lograr tener un hijo. Charles siempre quiso una hija, en cambio Carmille... ella ya no sabía que era lo que quería.