Pato O'Ward siempre había sido un problema.
No en el sentido catastrófico, claro-su padre, el presidente de México, y su esposo, el inquebrantable Max Verstappen, se habrían encargado de ello hace tiempo-pero sí en el sentido de que parecía tener un talento innato para atraer el caos. Y ahora, ese caos tenía nombre y título real: Lando Norris, príncipe del Reino Unido, eterno dolor de cabeza, y la única persona en el planeta a la que Pato no podía resistirse a molestar.
El problema era que la prensa ya había tomado partido.
"Rivalidad histórica entre México y Reino Unido reflejada en la nueva generación."
"¿Pato O'Ward y el príncipe Norris? Enemigos declarados en el ámbito diplomático."
"Se miran con odio... ¿o con algo más?"
Pato había leído los titulares con una mezcla de incredulidad y resignación. Lando, seguramente, solo había suspirado con fastidio. Porque eso era lo que hacían: se miraban de lejos, intercambiaban comentarios afilados, y fingían que la tensión entre ellos no significaba nada.
Pero la historia no terminaba ahí.
Porque lo que empezó con una sonrisa se convertiría en un problema mucho más grande. Uno que ni Pato, ni Lando, ni el mundo entero estaban preparados para enfrentar.
Transcurre después del final de arcane, siguiendo la teoría de que Jinx escapó por los ductos de ventilación, y se fue en el dirigible para romper el ciclo, después de 3 años decide o más bien la obligan a regresar.
(las imagenés no son mias, créditos a sus respectivos autores)