"La vida es un destino desconocido, hasta que encuentras a alguien que te hace sentir que ya estás en casa".
Eso es lo que Adeline pensaba cuando conectaba con alguien, todo dejaba de importar, y sin importar que siempre sería esa persona.
Adeline conoció a Dylan sin saber que su vida iba a cambiar para siempre. Adeline, una chica de 17 años, se mudó desde Toronto a Los Ángeles, allí entró a la preparatoria a mitad de semestre. Fue en ese lugar donde chocó por accidente con el que sería la razón de sus noches de desvelo.
Mientras caminaba por el pasillo, Adeline no vio a Dylan y chocó contra él, haciendo que sus libros y papeles se esparcieran por el suelo. Dylan la miró con una sonrisa y dijo: "¿Estás bien?". Adeline se sonrojó y asintió con la cabeza, mientras Dylan la ayudaba a recoger sus cosas. En ese momento, Adeline sintió una conexión que no podía explicar, y supo que su vida nunca sería la misma.