Danielle ha despertado en un lugar desconocido. Las paredes son frías, el aire huele a encierro y su mente es un mar en blanco. Ha sobrevivido, pero su mente ha quedado fragmentada, perdida en un mar de recuerdos rotos, no sabe por qué está ahí ni quién es el hombre que la observa con una sonrisa calculadora. Artem: su captor, su dueño.
Él le susurra mentiras disfrazadas de verdades. Le dice que la han traicionado, que la abandonaron, que su pasado es un lugar oscuro del que no debe intentar escapar.
Mientras tanto, Alessandro vive en una agonía silenciosa. La tumba de Danielle es su penitencia, el castigo por todo lo que ha hecho. La culpa lo consume, la rabia lo envenena. Ha perdido todo. Sigue luchando con la culpa de no haber podido salvarla.
Pero una sombra en el futuro los acecha, la verdad que ambos no conocen, y las decisiones aún por tomar.
¿Quién es el hombre en la puerta?
¿Qué pasará cuando Alessandro descubra que su Ángel aún respira?
¿Qué hará cuando sepa que su peor enemigo la tiene entre sus manos?
Pero... cuando Danielle empiece a recordar:
¿Volverá a él o se convertirá en su peor pesadilla?